La Asociación de Ciclistas Profesionales (CPA Women) es una entidad que vela por los derechos e intereses de las corredoras a nivel institucional, la única reconocida por la UCI. Que esas garantías se cumplan también de manera sistemática en competición es otra de sus funciones. Es por ello que en cada carrera del calendario una ciclista del pelotón asume el liderazgo para mediar en caso de conflicto entre los equipos y las corredoras y el jurado técnico. En esta Vuelta a España femenina 2023, ese papel lo ejerce la vallisoletana Isabel Martín, del conjunto Eneicat-CMTeam-Seguros Deportivos. “Para mí es un orgullo poder ayudar desde esta perspectiva a mejorar la Vuelta a España femenina y ojalá que sea así en muchas ediciones”, comentaba a VOLATA en la salida de la segunda etapa en Orihuela.
El cargo recibe el nombre de representante en materia de seguridad y protocolo para condiciones meteorológicas extremas. La labor de Isabel Martín es ser el puente entre las deportistas y el brazo organizativo y técnico de la Vuelta. “Si existe algún problema o dilema entre nosotras y el jurado de la carrera mi función es ayudar y mediar para buscar un acuerdo e intentar dar una solución apta para todos los implicados”. La valoración inicial es más que positiva, como era de esperar teniendo en cuenta la infraestructura logística que existe detrás de la Vuelta: “Por el momento la organización es excelente y está yendo todo rodado”.
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El equipo Eneicat en la jornada de presentación de La Vuelta Femenina 2023 en Torrevieja
De hecho, la propia ciclista de veinticuatro años admite que si su papel como representante de la CPA Women en la ronda española es testimonial será una buena señal. En otras carreras adquiere una relevancia mayor: “Esta figura suele ser más importante en pruebas en las que la meteorología afecta de manera directa en los recorridos o la seguridad, donde el mal tiempo puede llegar a cortar algún tramo. Es en esas situaciones cuando intentamos ejercer nuestra función para mantener la competición pero sin poner en riesgo nuestra integridad física”. Un tema que este año ha sido recurrente en el pelotón masculino en carreras como París-Niza y, sobre todo, O Gran Camiño, donde la nieve obligó a acortar o suspender las etapas.
Sin embargo, Isabel Martín va más allá de lo superficial e intenta que esa figura de representación no solo se ejerza en momentos de conflicto. “Todo lo que pueda aportar intento que sea de valor. Desde el primer día les dije tanto al jurado técnico como a cualquiera de las corredoras que pueden contar conmigo para lo que sea. Si puedo ayudar en algún aspecto, ahí estaré. Formo parte de la CPA en España y siempre intento echarles una mano en cualquier cosa que necesiten, ya sea con los equipos españoles o con las corredoras, por lo que en la Vuelta también me gustaría hacerlo con los demás”, detalla.
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En cada palabra de Isabel Martín se puede intuir una mezcla de entusiasmo y alegría. Que la Vuelta a España femenina ya sea una realidad tiene mucho que ver. “Ahora sí que se le puede considerar una gran vuelta. Siete etapas ya es otra cosa, aunque esperemos que vaya a más en los próximos años. Estoy muy contenta porque he visto su evolución desde que era un único día en Madrid. Está claro que ese fue el nacimiento para poder llegar hasta aquí, todo lleva un proceso, pero antes era un anexo a la prueba masculina. Ahora la organización nos dedica nuestra propia carrera con la misma infraestructura, sin ser una pequeña sombra de los chicos. Ha ido creciendo poco a poco y espero que lo hagan también otras organizaciones. Es un orgullo formar parte de la Vuelta a España femenina, y una oportunidad increíble para el ciclismo femenino en España”, concluye.
