Decir que este Tour de Francia tiene acento vasco es una obviedad. Primero fue el colorido y atractivo Grand Départ en las carreteras de Euskadi, después la emotiva victoria de Pello Bilbao y ahora, en la decimosegunda jornada, es Ion Izagirre quien pone la guinda con un nuevo triunfo de etapa. El ciclista de Cofidis ha llegado a la línea de meta eufórico y emocionado, envolviéndose en un abrazo enorme con Cédric Vasseur, el manager del equipo, que ha transmitido una dosis de alegría inmensa tras una cabalgada de más de treinta kilómetros eternos. Segunda victoria para Izagirre en el Tour, después de la que logró en Morzine en 2016, que se suma a un curtido y labrado palmarés.
Ha sido un triunfo sufrido y trabajado. Había que estar muy fuerte, ya no solo para pensar en la etapa, sino simplemente para tener la capacidad de filtrarse en la escapada. El inicio ha sido tremendo, con el pelotón disgregado, ataques de unos y contraataques de otros, velocidad endiablada… y una fuga que no se ha consolidado hasta que quedaban 80 kilómetros para el final. El dolor de piernas se podía percibir desde la pantalla.
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Por un momento, ese desgaste parecía que le pasaba factura a Ion Izagirre en el Col de la Croix Montmain. Pero era un espejismo. Ha sabido resistir, ha conectado con cabeza en las duras rampas de la Croix Rosier y ha lanzado un ataque que nadie ha podido responder.
Fotografía: Pauline Ballet / A.S.O.
Entonces ha comenzado una larga persecución en la que la diferencia aumentaba en favor del ciclista vasco. Mientras que Izagirre rodaba como un metrónomo, la falta de colaboración entre Matteo Jorgenson, Mathieu Burgaudeau, Tiesj Bennot, Thibaut Pinot y Tobias Johannessen ha ido mermando paulatinamente sus opciones.
“Vamos Ion, oso ondo eh, oso ondo!” (Muy bien eh, muy bien!). De alguna manera, esas palabras de Bingen Fernández, el director de Cofidis, animando a Ion Izagirre desde el coche en los últimos kilómetros nos ha representado a todos. Y lo ha hecho como toda la vida: ventanilla bajada y a grito pelao.
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Fotografía: Charly López / A.S.O.
El ciclista de Ormaiztegi (Gipuzkoa) ha jugado su carta en el momento clave y ha salido a la perfección. Un movimiento que ha apoyado desde la lejanía su compañero Guillaume Martin, que marchaba en el grupo perseguidor. El francés ha dado una lección de lealtad y ha secado cada intento por alcanzar al vasco. Cofidis consigue así su segundo triunfo en este Tour, y de nuevo una fiesta que van a compartir entre todos los integrantes del equipo. Para Izagirre, además, supone una victoria que dedicar a su hija: “Hoy es su cumpleaños. La he felicitado esta mañana, pero son muchos días fuera de casa y muchas veces nos perdemos esas cosas bonitas de la familia, así que esto es para ella”, comentaba visiblemente emocionado en la antesala del podio.
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Imagen de cabecera: A.S.O.
